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EL REINO DE LOS ESQUELETOS

TODOS TENEMOS UN ESQUELETO SUTIL QUE DEBE CORTAR EL CORDÓN QUE LO UNE AL CUERPO FÍSICO


Pasaron varios días desde aquella mi última visión, permanecía horas analizándola, hacía anotaciones, escudriñaba en libros, una enorme emoción me obligaba a buscar, no sabía bien que. Pero una noche, volví a aparecen en aquel lugar, que yo llamaba el reino de Kal, que es donde aparecen los muertos justo después de morir. Antiguamente, cuando los inmortales controlaban estos sitios, había una estricta organización, que ayudaba a los seres a evolucionar, y había algo muy importante que se hacían en cualquiera de los tres reinos a dónde van los seres al morir, cada fantasma, cada esqueleto, y cada cuerpo original era colocado en un mismo camino, para que el Yo cuando fuera a buscarlos, los encontrara fácilmente y que cualquier otro no pudiese de ninguna manera encontrar ni el fantasma, ni el esqueleto, ni el cuerpo original de otro Yo, esto aliviaba mucho

Ya la Reina de los esqueletos gobierna sobre angeles y demonios

el trabajo a los seres que no perdían ni tiempo, ni se veían obligados a sufrir calamidades de todo tipo para recuperar lo que es suyo. Hoy en día el muerto tarda muchísimo tiempo en cortar el cordón que los une a sus tres cuerpos, pero lo que es peor, el fantasma aparece en el mundo de los fantasmas, después de muchos siglos de haberse dormido, mientras que antes era llevado por el puente por los sirvientes de Kal y colocado en un lugar especifico junto a los fantasmas de su mismo ser. Lo terrible es que el muerto aparece normalmente en el lugar equivalente en este mundo al lugar donde muere, después de muchos siglos es que aparece en el lugar equivalente en el mundo de los fantasmas y también en el mundo de los esqueletos, esto hace que después el Yo no pueda encontrar, o por lo menos se le dificulta enormemente encontrar sus cuerpos y pierda su contacto con sus seres queridos naciendo en diferentes sitios, por lo que no podrá estar con los que le son afines y naciendo en lugares con personas de razas y familias diferentes a la suya original.

Estaba justo en la entrada al puente, donde se veía en la mitad de este, una oscuridad total, justo a mi izquierda volví a ver aquellos tres grandes cauces de los tres ríos, que apenas llevaban agua, y a mi

derecha el pequeño rio, donde si fluía abundante agua, mansa y cristalina. Estaba nervioso, tenía miedo, no lo podía evitar, me di cuenta que el miedo que sentí en el anterior puente era diferente al que sentía aquí, en aquel era un frio que paralizaba, que te agarrotaba, si te dejabas dominar por el te petrificabas, en cambio el miedo que sentía en este puente producía un frio que no me permitía quedarme quieto, que me hacía temblar, el cuerpo se me contraía y comenzaba a tiritar, también los dientes sonaban.

Vi entonces que de la mitad del puente, de aquella inmensa oscuridad salió una mujer, llevaba un Sari hindú, la típica vestimenta femenina que se usa en aquel país, pero su cara no me pareció de aquellos lugares, usaba también unas campanillas en los pies, que al caminar producía un sonido característico. Comprendí que aquella hermosa mujer era humana, vivía en algún país occidental, unos tatuajes en su abdomen, que estaba descubierto así me lo indicó. Debía pertenecer a algún grupo o secta religioso cuya filosofía debía estar relacionada con oriente.

Entonces, deteniéndose, colocando sus dos manos casi juntas, a la altura de su plexo solar, como si sostuviese un balón, aquella mujer retuvo el aliento y produjo un sonido característico, como cuando sale presión por la garganta, y estuvo emitiéndolo durante un rato, tras lo cual, asombrado vi como de su plexo apareció una luz, cuyo color iba del amarillo al rojo. Repentinamente aquella luz, pareció
hacer una pequeña explosión y se encendió un fuego que emitía una luz muy potente, pero que no cegaba la vista. No sé cómo, pero vi que algo parecido a una antorcha apareció en la mano de aquella mujer y justo encima aquel fuego brillante iluminaba todo como un segundo sol.

Comencé a caminar, más bien mis pies comenzaron a avanzar, pues yo temblando era llevado. Mientras aquella mujer ascendía, antorcha en mano, hasta unos 30 metros encima del puente, para colocarse sobre la piedra central de aquella construcción, yo  en cambio fui llevado hasta donde terminaba la calzada, ya dentro de aquel lugar espantoso. Lo que vi fue realmente espeluznante, aquel mundo, a diferencia del lugar donde moran los fantasmas que era plano, presentaba suaves desniveles, pequeñas colinas, aunque en ningún lugar había elevaciones pronunciadas, ni por supuesto montañas, pero no era tierra lo que había como suelo.

Al poner mis pies sobre lo que yo creía eran cenizas de madera quemada, percibí que lo que pisaba era simplemente polvo de hueso de esqueleto. Mis pies se hundían dejando una huella profundísima, pero la frialdad de mis pies al sentir aquello me hacía temblar, como una persona víctima del mal de San Vito. No había tierra, o suelo de cualquier tipo, en aquel mundo, todo, absolutamente todo, era o hueso, o polvo de hueso.

Había esqueletos enteros,  en partes, huesos, trozos de huesos, o polvo de hueso. La luz que había
encendido aquella mujer, había hecho que los esqueletos que aun estaban despiertos, mayormente los que estaban más completos se movieran mirando hacia la antorcha. Los esqueletos se amontonaban
uno encima de otro, no se cambiaban de lugar, aunque podían mover su cabeza y brazos. Las calaveras, las cabezas de los esqueletos, podían seguir “hablando” aun después de haber quedado desprendidas de sus cuerpos.


La inmensidad de aquel lugar, que se perdía en el horizonte, con una oscuridad total, un silencio absoluto, pero donde a pesar de no haber ningún sonido se escuchaban voces, que no podían ubicarse en ninguna dirección porque en realidad se escuchaban en la mente. Me fijé en un esqueleto medio tumbado, medio enterrado, no se movía, pero se sentía lo que pensaba, miré justo alrededor de la osamenta que se apoyaba sobre el polvo, y me di cuenta que los huesos de aquel esqueleto, se desgastaban dejando caer  un polvo, que no era otra cosa que sus huesos desmenuzándose. Entendí que todo el polvo que servía de suelo en aquel mundo era en realidad la pulverización, muy lenta, de cada uno de los esqueletos que allí moraban, por lo que ¿cuantos miles de millones de esqueletos habrían estado allí? para que hubiesen llenado todo un mundo con aquel polvo.

El polvo se sentía frio al contacto con los pies, estos se enterraban profundamente, pero no se manchaban con dicho polvo, ni una sola partícula quedaba adherida a la piel. La pulverización de los huesos se producía como consecuencia del olvido del Yo, que ya estaría en otro cuerpo viviendo una nueva vida. Esto significaba que cada Ser (Yo), tiene una cantidad de polvo en este mundo que deberá recoger, además de los esqueletos, partes de esqueleto, y huesos.

A diferencia de los Fantasmas, que se encuentran atrapados en una cárcel mental, en la que ve lugares donde vivió en vida, a lo igual que nosotros vemos en nuestros sueños, pero que se pueden mover en estos encierros, los esqueletos quedan en el mismo lugar donde aparecen, pudiendo únicamente


mover, cabeza, extremidades, pero no caminar ni moverse de lugar, aunque permanecen petrificados la mayor parte del tiempo. Los esqueletos tienen un gran poder mental, son violentos, muy violentos, y buscan en todo momento introducirle los dedos índice a otros esqueletos, y por supuesto al que se aventure a entrar en su mundo, esto les da control total sobre la victima a la que hayan conseguido clavar sus dedos índices, este perderá su calor corporal, su fuerza mental, su cuerpo se petrificara gradualmente y su carga nerviosa, entrando en una depresión fortísima.

Después de un rato observando y conociendo aquel horripilante lugar, me giré y vi a aquella mujer, que vestida con su sari Hindú, sostenía una antorcha en su mano derecha, iluminando con el todo aquel mundo, era una de las antiguas inmortales, Mrityu la Señora de los muertos. Su figura me recordó a la estatua de la libertad, lo que me hizo entender lo que representaba y quien era en realidad la diosa que había tras de este famoso monumento, que evidentemente no era la misma que yo estaba viendo. Pude recordar varios de sus nombres, dependiendo de la época y de la cultura que la adoró, Ishtar, Astarté, la Septuaginta , Afrodita, Isis. Esta antigua inmortal, en Eras anteriores, era de la raza de Ushas, y ella siempre había sido su esposa, pero al ponerse en contra de todos los Inmortales, Brahama la excluyo del Ovulo Universal, y cometiendo el error de quedarse en Kali yuga, se degradó perdiendo todas sus cualidades.

Esta inmortal caída, que yo conozco bajo el nombre de Diti, ya avanzada Kali Yuga, en una época donde los antiguos Inmortales eran ya solo un recuerdo, y su esposo y raza vivían en la época de oro de su reinado, vivía en el reino de su esposo. El Imperio que mantenía con abundancia de Amrita a los Daytias era Babilonia. En aquella época Ushas y todos los Daytias recibían abundantes provisiones del Amrita, o liquido de la inmortalidad, que producían los humanos de su tiempo, vivían una vida de lujos y desenfrenos, todos los pueblos del mundo adoraban a su esposo como el dios supremo, la religión era el método de crear una pirámide que lo colocaba a él en la cúspide.

Hay que diferenciar lo que es el mundo de los “dioses” y de los humanos, en aquella época los “dioses” inventaron el dinero, con esto controlaron a los humanos, el humano dependía del dinero para lograr sobrevivir, y los “dioses” dependían del Amrita que extraían también de los humanos. Los Daytias no son solo un gobernante y su esposa, sino que hay muchos más y cada uno de ellos necesita crear una estructura piramidal para él situarse en la cúspide y con ello recibir Amrita. Entender todo el proceso de obtención de Amrita es difícil para un humano, pero es la forma de entender porque suceden tal o cual cosa, que aparentemente es casualidad al azar.

Todas las estructuras humanas son pirámides, con un líder humano a la cabeza, que es controlado, por algún “dios”, el dinero mantiene la estructura humana, porque estos necesitan el dinero, y aceptan todo a cambio de este, el “dios” primero necesita crear un receptáculo donde un demonio particular exude el Amrita, y que cada miembro humano de la pirámide acepte un ser que colocando un cordón a su ombligo absorba su liquido vital, el liquido de las emociones, de los sentimientos y de las ideas. Para lograr esto, los antiguos “dioses” Babilónicos, utilizaban a los esqueletos del mundo donde yo me encontraba. Para ello cualquier Daytias que quería crear una estructura piramidal para vivir de ella, ofrecía a la diosa crear una estructura de seres que le absorberían el Líquido a los humanos, y que fuese exudada en un caldero que sería de su propiedad, y otro lo exudaría en el propio caldero de la diosa. Si Diti aceptaba, se realizaba un proceso donde ella abriría un portal desde donde varios esqueletos del mundo donde yo me encontraba serian sacados y puestos a absorber el líquido a otros demonios más débiles que morarían dentro de los humanos.

Para poder extraer esqueletos de su mundo, debía haber una unión sexual entre el demandante y ella, por lo que Diti mantenía una relación sexual, con alguno de ellos, y entonces en el tiempo que duraba la penetración el Daytias sacaba varios esqueletos, de su mundo y los convertía en los demonios que creaban una estructura que conectaba con la mayor cantidad posible de humanos, así su caldero recibía Amrita y el de Diti también.

En la época Babilónica, Ushas que es nombrado como dios supremo en todas las religiones, aceptaba que su esposa hiciese aquello, todo era relajación depravación y lujuria en su reino, pero nada tenía consecuencias.

El imperio Babilónico se hundió, en el momento que los humanos redujeron la cantidad de Amrita que producían, por lo que los “dioses” crearon otro imperio, el Medo Persa, pero los “dioses” recibían menos Amrita y de peor calidad, por lo que decidieron crear nuevas razas de humanos para aumentar la cantidad de ellos y con ello la producción de Amrita. Pero Diti, decidió separarse de su esposo, porque en realidad era ella la que conseguía mas liquido, para ello conspiro contra uno de los reinos pertenecientes a los Daytias y le quito el trono al que lo poseía, haciéndose ella con el control. Los “dioses” en esta era tienen 12 reinos en el cielo, 4 de ellos pertenecen a los Daytias. El Amrita, es una bebida que no solo alarga la vida, sino que rejuvenece, da fuerza pero que también es adictiva, embriagante, por lo que al tomarla en grandes cantidades la persona vivirá como borracha. Diti lleva desde la época babilónica hasta nuestros días totalmente ebria.

El tercer imperio de los Daytias fue el Griego que y el ultimo el Romano, que fueron gradualmente reduciendo la calidad y cantidad de Amrita recibido. En este ultimo los Daytias empujados por la necesidad, decidieron mezclar el liquido que conseguían, con metales preciosos, en procesos químicos de diferente índole, durante toda la edad media se hicieron esfuerzos para conseguir una mezcla del Amrita con fundamentalmente oro y así conseguir que alcanzara para todos.

En el año 1800 de los humanos, aproximadamente, los inmortales caídos, los Daytias, los Hombre Reptil y los demonios, de todas las razas empezaron a morir, y nacieron como humanos, por lo que los mundos de los “dioses” se desorganizaron habiendo en este momento un caos, donde cada grupo anda a su aire. La población mundial ha aumentado porque de todos los cielos y mundos inferiores están muriendo todos, Solo quedan los que pueden tomar el Amrita sin mezcla.

El cielo donde vive Diti, la gran ramera bíblica, controla y es paralelo a Suiza.

La Inmortal, que ya había nacido de nuevo de la Madre Universal en el momento de esta visión, y que por consiguiente llevaría también un óvulo sagrado ya en su vientre que haría nacer a muchos de los antiguos inmortales, tomó la primera acción de su reinado, alumbrar en mundo de los esqueletos, la vi en la misma posición de la Estatua de la Libertad con su antorcha. Se encontraba en la mitad de aquel puente, y aquella luz serviría de guía para todo aquel mundo habitado por calaveras, que se extendía por toda la tierra, y llegado el momento cuando los esqueletos sean liberados por el futuro rey del Universo se guiaran por esta luz para salir de allí.

Vi como Mrityu, la Señora de la Muerte, empezaba a descender de aquellas alturas, pero al hacerlo dejó tras de sí su propio esqueleto, que quedó inmóvil sosteniendo aquella antorcha de una luz potentísima. Un esqueleto de mujer coronaba aquel puente, la Reina de aquel lugar serviría de faro para todos los esqueletos.

Me fijé más detalladamente en aquel esqueleto femenino, en su dedo índice de la mano derecha, la misma mano que sostenía la antorcha, tenía un anillo hecho de hueso, y en su mano izquierda, sostenía un hueso largo. Estos eran sus atributos reales, con el anillo en su dedo índice, al introducírselo en un ojo a cualquier esqueleto este le revelaría todos sus secretos, todo lo que sabía y había hecho, sin mentir, así seria juzgado. Con el hueso largo, si lo sostenía por su lado más fino, a cualquier esqueleto que señalara con él se paralizaría sin poder moverse, ni con su cuerpo ni con su mente, y si lo colocaba por su lado más grueso, haría lo mismo pero con todos los esqueletos que ella viese.

Volteé entonces la mirada hacia aquella Inmortal que ya había nacido de nuevo, que a lo igual que Kal salto al borde del puente, se sentó en él, y dejó colgando sus pantorrillas, apoyando sus manos en el saliente, quedándose pensativa viendo el agua que corría debajo de sus pies. Mrytiu se había sentado del lado del puente donde un pequeño rio, con mansa y abundante agua corría.

¡Las puertas del mundo de los esqueletos ya están abiertas hoy en día!, Ya la Sra. de la muerte reina sobre angeles y demonios y pronto llegará a los humanos.

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